Autoras: Carla Palacios; Luciana Lehmann; Melisa Ferreyra; Romina Bocon.
Jueves a la tarde en una casa de Familia...
Micaela: - Ma, ¿me ayudás a prepararme el bolso?
Madre: - ¿Qué bolso? ¿Para qué?
Micaela: - ¿Cómo para qué? ¡Para el viaje que voy a hacer mañana con mis amigas!
Madre: - ¿Vos estás loca? ¿Qué viaje vas a hacer con tus amigas?
Micaela: - Ya te conté ma, salgo mañana a la noche de acá y llego a la mañana a Mar Del Plata.
Madre: - A mí nunca me dijiste nada. Siempre soy la última en enterarse de todo… ¡Yo no te dejo hacer ese viaje sola…!
Micaela: - ¡No, sola no, ya te dije que lo hago con mis amigas!
Madre: - No te hagas la tonta. Vos y tus amigas son menores, no pueden andar solas como si nada por la costa.
Micaela: - ¡Pero nos sabemos cuidar, las vamos a llamar todos los días y no vamos hacer nada fuera de lo común!
Madre: - ¡Ustedes no, pero les puede pasar algo!
Micaela: - ¿Qué nos puede pasar? Vamos a estar siempre juntas.
Madre: - Eso no importa, les puede pasar algo igual.
Micaela: - Y… ¿Por qué pensás en negativo?
Madre: - ¡Yo no pienso en negativo, yo soy realista que es distinto!
Micaela: - ¡Pero no vamos a andar por cualquier lado, vamos a estar siempre cerca de la casa!
Madre: - Ah… ¿Tienen casa?
Micaela: - Sí, los abuelos de Sol tienen una casa chiquita y nos la prestaron.
Madre: - ¿Va algún mayor?
Micaela: - Todavía no se sabe eso.
Madre: - Bueno, si no va ningún mayor yo no te dejo ir.
Micaela: - ¿Y si va el hermano de Paula?
Madre: - ¿Y cuántos años tiene?
Micaela: - diecinueve. Si va, va con los amigos.
Madre: - ¿Vos estás loca?
Micaela: - No, ¿por qué? ¡Es mayor!
Madre: - Pero es joven, y no creo que sea responsable para cuidar a cinco chicas de quince años.
Micaela: - ¡No lo conocés!
Madre: - Pero tengo un hijo de dieciocho y se cómo son.
Micaela: - Dale, no seas mala, ¡vamos a ser muchos!
Madre: - No importa la cantidad. Con un mayor responsable a mí me alcanza.
Micaela: - ¿Y por qué no venís vos?
Madre: - Porque yo tengo que trabajar y tu papá también.
Micaela: - Bueno entonces… ¿Si no van ustedes no me dejas ir?
Madre: - Sí, te dejo, pero con un mayor responsable ya te lo dije. Y hasta que no lo encuentren no se habla más del tema.
Micaela: - ¡No seas mala ma!
Madre: - No soy mala. Solamente te estoy cuidando. Vos no tenés edad para andar por la costa con cuatro amigas más y un par de chicos.
Micaela: - ¡Sol tampoco tenía edad cuando se fue con amigas!
Madre: - Pero tu hermana se fue con la familia de su mejor amiga. No es lo mismo.
Micaela: - Dale ma, son solamente diez días.
Madre: - ¡Ya te dije que no Micaela!
Micaela: - Bueno entonces me voy a decirle a las chicas que no puedo ir.
Madre: - Me parece bien que lo hayas entendido.
Micaela: - No lo entendí pero bueno… (Se va de la sala)
Más tarde…
Micaela: Ma, hablé con Paula. Dice que la mamá se ofreció a acompañarnos.
Madre: - ¿Estás segura?
Micaela: - Sí, ¡sino no te lo digo!
Madre: - No se, yo quiero hablar con ella para creerte.
Micaela: - Bueno, hace como quieras. ¡Que feo desconfiar de tu hija!
Madre: - Yo no desconfío de vos. Solamente quiero saber con quién vas.
A la noche…
Micaela: - ¿Y? ¿Hablaste con la mamá de Paula?
Madre: - Sí, y me dijo que ella las acompaña pero solamente una semana.
Micaela: - ¿Entonces?
Madre: - ¿Entonces qué?
Micaela: - ¿Me vas a dejar ir?
Madre: - Sí, pero te portás bien. Y no quiero que te separes de nadie, que no te mandes macanas, y que me llames siempre que puedas para ver como estás.
Micaela: - Bueno ma, gracias. ¡Te quiero muchísimo!
Madre: - Cuando te conviene.
Micaela: - No, siempre. Lo que pasa es que a veces me enojo y bueno…
Madre: - (Riéndose) Bueno, andá a preparar las cosas que yo te voy a comprar algo para que comas en el viaje.